Piel sensible: 5 consejos para protegerla del frío

Piel sensible: 5 consejos para protegerla del frío

La piel sensible es más susceptible que cualquier otro tipo de piel. enrojecimiento y agrietamiento, especialmente durante la estación fría. Por esta razón elhidratación de pieles sensibles debe realizarse de forma constante durante los meses de invierno y, sobre todo, debe confiarse a los productos adecuados, que contengan ingredientes naturales e hipoalergénicos para minimizar la aparición de erupciones en la piel.

Proteger la piel del frío: ¿por qué es necesario?

En invierno todos estamos más pálidos y parecemos más cansados: no es sólo la falta de sol lo que pesa sobre nuestro aspecto físico, sino también la la respuesta del cuerpo a la caída de las temperaturas. De hecho, durante los meses de invierno, el cantidad de sangre que fluye hacia la epidermis es menor: la circulación sanguínea se concentra en la parte central del cuerpo y en particular hacia los órganos internos, por evitar pérdidas innecesarias de calor.

Por ello, en invierno la piel, además de estar estresada por agentes externos como frío, viento y smog, ni siquiera puede confiar en sus propias capacidades regenerativas, que se ralentizan significativamente por la falta de oxígeno y nutrientes.

Proteger las pieles sensibles del frío en invierno se vuelve estrictamente necesario, precisamente para contrarrestar en lo posible los efectos secundarios de las bajas temperaturas sobre una epidermis que ya es normalmente menos resistente que otras a las agresiones externas y al agrietamiento.

Aquí hay una breve serie de consejos para proteger la piel sensible en los meses de invierno:

1 – ¡Cúbrete!

Empecemos por una banalidad: en invierno hay que protegerse la piel del frío… abrigándose. Guantes, bufandas, gorros y mallas gruesas son fundamentales para limitar los daños que el frío puede causar en la piel de zonas de nuestro cuerpo que están al mismo tiempo más expuesto resistido y menos sangriento para el mecanismo que acabamos de explicar.

2 – Cuida la fuente de alimentación

Puede parecer una obviedad, pero una buena hidratación de la piel forma parte de la nutrición. En invierno tendemos a beber menos, y especialmente las mujeres pueden llegar a no beber nada durante todo el día. Las infusiones, infusiones y caldos de hierbas depurativas de todo tipo son, en cambio, esenciales para garantizar la hidratación adecuada al cuerpo incluso en invierno, sin olvidar, por supuesto, la importancia de frutas y vegetales.

3– Elige detergentes delicados

A lo largo del año, las personas con piel especialmente seca deben utilizar limpiadores delicados, especialmente formulados para no atacar la fina capa sebácea que constituye la única (a menudo insuficiente) barrera frente a los agentes externos para las pieles sensibles.

4 – Frota periódicamente

La piel seca se descama rápidamente en la superficie: las células muertas que no se desprenden por completo dan a la piel un aspecto grisáceo y polvoriento. Retire estas células con una exfoliante delicado es fundamental preparar la epidermis para absorber la humectantes que luego se le aplicará a usted.

5 – Hidrata con productos de calidad

A pesar de todas las precauciones que se pueden tomar para evitar daños por frío en pieles sensibles, nada será tan efectivo como el elegir una buena crema hidratante que es capaz de devolver a la piel estresada Suavidad, elasticidad e hidratación.

Se formulará un buen protector solar para pieles sensibles para contienen ingredientes naturales y sin alérgenos. Ácido hialurónico (cuyo nombre científico es hialuronato de sodio) siempre debe estar contenido en la formulación de este tipo específico de crema ya que es capaz de absorber una cantidad de agua igual a mil veces su peso, reduciendo la evaporación natural de líquidos a través de la piel y sobre todo favoreciendo producción de colágeno



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